martes, 18 de diciembre de 2012

Belenismo


Una vez que la estructura del pesebre esta seca, que todos elementos estén firmes y unidos, es el momento de pasar a la pintura, aquí la selección sorprendió a mucha gente y me explico: si estamos hablando de una cueva de roca y ladrillos que forman las 2 torres vigía lo lógico es usar tonos cafés oscuros o terracota, eso es lo que la lógica mandaría ciertamente pero se trata de una maqueta, una miniatura, una representación a escala que funcionara en situaciones especificas de luz y sombra. Analicemos… de primera instancia la situación de la maqueta, se debe tomar en cuenta donde estará ubicada, en que momento será vista o fotografiada, en este caso al tratarse de un portal belenista con la iluminación artificial ya clásica de nuestros días, los diminutos foquitos de colores que pretenden intermitentemente.

Podríamos ubicar nuestro modelo en tiempo y espacio de conveniencia, e tal manera que se pretende lucirá al 100% de noche, dicho esto quedan descartados los tonos oscuros y nos saltamos la lógica en beneficio del resultado final.

En busca de un color claro que no se pierda en la oscuridad y refleje las docenas de foquitos que se situaran dentro y fuera del portal nos vamos como siempre almas claro de los cromáticos, que es el amarillo, el cual resulta demasiado templado, pero subiendo la escala encontramos el color naranja que no es ni tan claro ni tan oscuro y refleja bastante bien. Ubicado el color naranja busco un tono acentuado en acrílica politec, y es aquí donde nuevamente Francisco Tsunamy entra a ayudar a pintar este pesebre.

La aplicación: la última capa del papel mache debe estar libre en su exterior del engrudo, al secarse todo el conjunto se obtendrá una capa uniforme y rígida, esto no tardara más de 12 horas. La pintura acrílica tiene la propiedad de aplicación segura en una sola capa de pigmento parejo para lograr esto lo mas recomendable es no diluirlo demasiado. Con una brocha pequeña Tsunamy cubre cada forma de la caverna y las torres en un solo tono naranja, una vez seco con un color rojo acrílico me toco a mi pintar cada ladrillo de manera intercalada en las torres y finalmente con un salpicado de negro sobre la roca le da un aspecto áspero y mas realista en la penumbra. Finalmente tratamos el interior del pesebre y nuevamente para equilibrar la oscuridad de exhibición buscamos un tono no tan claro ni tan oscuro y al ser interior el gris brillante funciona muy bien, en este caso lo aplico con pintura en aerosol, que no quema ni daña el papel mache pues ya esta totalmente seco en sus distintas capas.

 El resultado es bastante rápido y evidente dándonos una prospectiva distinta al papel y acercando cada vez mas nuestro objeto al estimado propuesto desde un principio una sola estructura rocosa con dos torres en lo más alto. En la siguiente entrega un comparativo y continuamos mas tarde con la iluminación interior. Saludos y felices posadas.

Si quieres saber más sobre mis métodos de aprendizaje así como mis horarios y lugares donde imparto las materias de artes visuales, literatura y dramaturgia puedes escribirme a: frankglezr@gmail.com

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