Wyler nació como Willi Weiller en una familia judía de Mulhouse en la región francesa de Alsacia (desde la guerra franco-prusiana, parte del Imperio Alemán). Su educación de tronco común la realizo en Lausana Suiza, y luego estudió violín en el Conservatorio de París.
Estaba emparentado con Carl Laemmle, fundador de losnacientes estudios Universal Pictures, a través de su madre, prima de Laemmle. En 1921 se trasladó a los Estados Unidos con la idea firme de ser parte del mundo de la cinematografía que ya había creado leyendas. Gracias a estas conexiones familiares, y sobre todo por su talento precoz, fue el más joven director de la Universal en 1925. En 1928, se convirtió en ciudadano naturalizado estadounidense requisito casi obligado al manejar cientos de dólares norteamericanos en cada film y bueno la verdad es que los productores asociados no veían bien a un extranjero en sus películas.
Pronto demostró que era un competente artesano y un riguroso director de escena, y a principios de los años treinta se convirtió en uno de los mejores activos de la Universal, dirigiendo películas tan sólidas como The Love Trap (1929), Hell's Heroes (1930), ¿Héroe o cobarde? (1932) y Una chica angelical (1935).
Más tarde fue contratado por Samuel Goldwyn y dirigió películas de gran calidad como Esos tres (1936), Rivales (1936), una obra maestra como Desengaño (1936), Calle sin salida (1937), Jezabel (1938), Cumbres borrascosas (1939), La Carta (1940), The Westerner (1940) y La loba (1941).
Entre 1942 y 1945, Wyler sirvió como comandante en el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos y dirigió el documental Memphis Belle: A Story of a Flying Fortress. También dirigió dos de películas clave, que fueron de las primeras en captar el estado de ánimo de la nación conforme se preparaba para la batalla y, cuatro años más tarde, para la paz: la primera, La señora Miniver (1942), narra la historia de una familia inglesa de clase media que se adaptaba a la guerra en Europa y ayudó a preparar al público estadounidense a la vida en tiempos de guerra (y galvanizó el apoyo a los británicos).
La segunda, Los mejores años de nuestra vida (1946), cuenta la deprimente historia de tres veteranos que llegaban a casa y se adaptaban a la vida civil, dramatizando los problemas de los experimentados hombres de guerra que regresaban con quienes habían quedado en la retaguardia. Wyler logró con ambas películas tanto el premio de la academia al mejor director como el premio a la mejor película dos logros memorables para su naciente carrera.
Durante los años cincuenta y sesenta, Wyler dirigió toda una serie de películas aclamadas por la crítica, entre las que cabe destacar Vacaciones en Roma (1953) que presentó a Audrey Hepburn al público estadounidense y le llevó a ganar su primer Óscar; La heredera, que hizo ganar a Olivia de Havilland su segundo Óscar y Ben-Hur, con la que consiguió todos los Óscar de la edición de 1959; los once premios que ganó sólo han sido igualados dos veces, por la no tan memorable Titanic en 1997 y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey en 2003).
En 1965, Wyler obtuvo el Premio en Memoria de Irving Thalberg a los logros de toda su carrera. Once años más tarde, recibió el Premio a toda su carrera por parte del American Film Institute. Además de los premios de la Academia que consiguió, diez de sus películas fueron nominadas a la mejor película. Recibió doce nominaciones como Mejor Director, ganándolo tres veces, mientras que tres docenas de sus actores ganaron el premio o fueron nominados a él, cada uno de estos actores ahora considerados y reconocidos en todo el mundo le deben sus mejores escenas a visionario William Wyler incluyendo a Charlton Heston en el papel del joven Judá Ben-Hur.
Wyler estuvo casado durante un breve periodo con Margaret Sullavan (25 de noviembre de 1934 a 13 de marzo de 1936); su matrimonio con Margaret Tallichet, desde el 23 de octubre de 1938 hasta su muerte, fue un éxito y tuvieron cuatro hijos. El 24 de julio de 1981, Wyler fue entrevistado junto a su hija, la productora Catherine Wyler, para un documental de PBS sobre su vida y su carrera: Dirigido por William Wyler. Tan sólo tres días más tarde, Wyler murió de un ataque al corazón, el mudo había perdido a un gran realizador, dejando sus películas como legado inmortal. Las últimas palabras de Wyler en la película se referían a una visión de dirigir su «próxima película...Going Home (Regreso al hogar)».
Wyler está enterrado en el cementerio de Forest Lawn Memorial Park en Glendale, California. Un hombre con visión y un director que inspiraría a millones de creadores alrededor del mundo.
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